miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿Tenemos unos políticos cultos e inteligentes?

Santander, gobernada por el alcalde Iñigo de la Serna, con su
permanente política errática y aventurera (recordemos como ejemplo su
presentación a capital europea de la cultura, haciendo un ridículo más
que considerable, creando un montaje surrealista en dicha propuesta
"cultural", basado en planteamientos de subjetividad exógena,
ignorando contenidos culturales autóctonos contrastables y cargando
con estos caprichosos gastos del inviable proyecto a la ciudadanía...)
ahora, con el Plan Estratégico y el nuevo invento de ciudad pionera
superinteligente (lo de pionera es un mal chiste, consúltese en
internet los cientos de ciudades que dicen lo mismo o parecido...),
acabará barriéndola del mapa cántabro, convirtiéndola -universalmente-
 en un sucedáneo virtual de ciudad, en una masa fría y grotesca de
edificios sin vida, sin pulso vital.

El discurso que tanto gusta a De la Serna sobre la inteligencia
artificial, elevada a elemento superior de planificación y desarrollo
urbanístico, en detrimento de los entes reales, es decir, los
habitantes, ¿no terminará generando un grave riesgo económico y
psicológico a la ciudadanía común santanderina haciéndola sentirse
palurda, ignorante y acomplejada al considerar superada su
inteligencia natural por la virtual, marginando y excluyendo a quienes
no tienen acceso a ella o no les interesa?.

El alcalde, obsesionado con sus megaproyectos basados en sus
consejeros tecnológicos, bien controlados y dirigidos por la
multinacional de telefonía de turno, "advierte de los riesgos asumidos
con sus proyectos ambiciosos". Sin mencionar el tabú económico porque,
si fracasa, él y su equipo se lavarán las manos (como hizo con  la
mediocre y acultural candidatura a capital europea de la cultura).

Es, ni más ni menos, que un nuevo capítulo de esa política
dilapidadora de los recursos públicos (recordemos el espantoso
derroche de más de 30 millones de euros en el Parque de Las Llamas
que, con una actuación mucho más naturalizada y sostenible, hubiera
sido un gran parque y nos habríamos ahorrado estas cifras). Decíamos,
que estamos ante otro "inteligentísimo proyecto", ejemplo, una vez
más, de esa política dilapidadora, propia del ultraliberalismo
mercantilista a través de la planificación de proyectos aventureros (e
interesados para determinados bolsillos). Esa misma que nos ha llevado
a la situación actual de caos, crisis y aumento de pobreza entre la
mayoría de la ciudadanía.

Si las actuaciones que emprende este señor lo fueran de manera
programada (realmente quienes están en la Casona no tienen un proyecto
de ciudad ni un modelo al servicio de la ciudadanía) y con el auspicio
de una democracia participativa mínimamente digna (algo que no ocurre
prácticamente nunca en esta ciudad), entonces otro gallo cantaría, o
mejor dicho, otras serían las iniciativas políticas y económicas a
emprender.

Esta inteligentísima iniciativa Smartcity, iniciada ,entre otros, con
la empresa japonesa NEC, gestionará todos los servicios municipales,
integrando todas las plataformas tecnológicas en el "cerebro" de la
ciudad inteligente. ¿A cuántas gentes descerebrará? El convenio ya
firmado por el alcalde y el presidente de NEC Ibérica -según la
prensa- y sobre lo que no se facilitaron cifras de inversión, destaca
por la aportación "mixta" (dejando la puerta abierta al habitual y
deplorable ejercicio de despilfarro y corrupción con las inversiones
mixtas, ya sabemos, la famosa frase: "socializar pérdidas y privatizar
beneficios").

De la Serna resaltó que lo que diferencia Santander de otras ciudades
es que está desarrollando una "arquitectura integral", gracias a la
plataforma de sensores desplegados dentro del proyecto SMARTCITY, cuyo
"reto" es incorporar nuevos servicios públicos. Claro que por lo visto
hasta ahora, debe referirse a la posibilidad de conocer en dónde puedo
aparcar mejor mi coche, a qué hora está abierto el centro comercial X
o dónde comprar churros mañaneros....Vamos, todo un ejemplo de cómo se
cubren las necesidades básicas e importantes de la población, sobre
todo en tiempos de crisis.

Rafael García-Martín Besoy
Paco Torre Soberón
Santander (Cantabria)




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